Debate absurdo

Hace ya mucho tiempo, desde que tengo la capacidad y madurez para establecer qué cosas han de ser más preferentes en la vida y cuáles no, descubrí que en el país en el que me ha tocado vivir, no somos demasiado coherentes a la hora de elaborar nuestra lista de preferencias, y premiamos con demasiado valor y consideramos con excesiva importancia algunas actividades reservadas para el ocio y la distracción de la mente. En este caso, me refiero, particularmente, al fútbol .

Desde bien pequeño me gusta este deporte, es más, durante varios años lo practiqué y milité en un equipo, no obstante, siempre he sido reacio a los fanatismos, y en el caso del balonpié, hemos llegado a un punto extremo en lo que a dicho fanatismo se refiere, hemos alcanzado ese punto máximo que transforma al fútbol en una parte elemental de nuestras vidas, que desplaza los problemas del día a día para colocar en nuestro primer escalafón de preferencias dicho deporte y que denota en la sociedad un nivel de ignorancia y despreocupación por lo verdaderamente importante que raya lo absurdo. Así pues, hace unos pocos días, el fútbol ponía en evidencia una vez más a las personas y volvía a sacar el lado más insensato de los humanos. En este caso, la penúltima de las irracionalidades ha sido criticar la fijación del Barça-Madrid un lunes para no perjudicar a las elecciones catalanas. De todos modos, lo más grave del asunto reside precisamente en considerar que un partido de fútbol pueda perjudicar un evento tan importante como son unas elecciones, pero desgraciadamente, nuestra realidad es esa. Menospreciar unos comicios en los que Cataluña se juega mucho en favor de un simple partido me parece una barbaridad, y lo peor es que encima, cierto periódico deportivo de gran difusión se vuelca con este movimiento "profútbol" haciendo afirmaciones como "el clásico ya tiene un ganador: la politiquería". Yo no entender. ¿Politiquería? ¿El decidir la persona que llevará las riendas de un país es politiquería? Por favor, revisemos nuestra escala de valores o de lo contrario, nuestra racionalidad quedará en evidencia. No es permisible que se confunda el ocio con las cosas verdaderamente importantes. Yo personalmente, acudo con relativa asiduidad a un estadio de fútbol, es un modo de distraerme durante un breve tiempo e intentar disfrutar, pero una vez acabado el partido, mi vida va a seguir y mis auténticos problemas continuarán estando ahí, y por supuesto, si he de faltar a un partido de fútbol por votar en unas elecciones democráticas, lo haré. Y es que nos estamos confundiendo, el futbol es eso, una distracción, una ocupación del tiempo libre sin más, no ha de constituir un aspecto de existencia o muerte en la vida porque no lo es. En un estado democrático no hay nada más importante que unas elecciones, ellas son la base de este estado, y precisamente por eso, es una descabellada pensar que por culpa de unas votaciones se ha desplazado un partido, porque el partido es lo menos importante en todo este asunto, es lo realmente secundario, es de lo que deberíamos prescindir en caso de que ambos (comicios y encuentro) hubiesen coincidido, y por descontado, las elecciones no tienen la culpa de nada, porque ellas tienen preferencia por encima de cualquier acto deportivo y no es necesario caer en ningún debate absurdo: la elección de un gobernante, aunque la política esté cada vez más ensuciada de mentiras y engaños, es prioritario a cualquier tipo de actividad de ocio.

Quizá al leer este blog, algunos me tomen por un lunático, puesto que su poca inteligencia no les llegue para discernir que, aunque no lo crean, hay cosas más trascendentes que el fútbol: tenemos una vida hecha para disfrutar, convivir felizmente con nuestros amigos y seres queridos y cumplir con nuestros deberes como ciudadanos, y que el deporte, es una pequeña parte de nuestra existencia que no se puede anteponer a la democracia, sistema por el que se rigen la mayoría de los estados del planeta y del que debemos hacer uso, por ejemplo, yendo a votar y no acudir al partido de nuestro club favorito aunque eso, quién sabe, provoque tales desequilibrios en nuestra mente que no nos deje depositar nuestro voto adecuadamente. Y es que los humanos somos ridículos, caemos en el error de mezclar el fútbol con la política cuando una y otro deberían estar tan alejadas que nada les pudiese relacionar. En fin, gracias por su atención y discúlpenme si les he hecho perderse parte de algún gran acontecimiento futbolístico, ya casi me había olvidado de la importancia de tales eventos en nuestra sociedad.

J

1 comentario:

  1. M'agrada...

    I no, no ets un lunàtic... és el raonament lògic, però pareix que en aquests moments la lògica no domina en la societat, per això, entre tots, hem de tornar la lògica a aquest món...

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