Una vida llena de círculos

Alguien dijo una vez que la vida era un conjunto de círculos, algunos de los cuales decides cerrar, otros mantener abiertos y unos pocos otros que más bien en una línea infinita se convertirán, puesto que los abres para no cerrar nunca más. Los hay con su circunferencia impecable, sin magulladuras ni altibajos mientras se van trazando, y también los hay que no tuvieron ni un día tranquilo, ni un día en el que no amenazasen con cerrarse para siempre. Cada círculo te pone a prueba cada día, algunos te pedirán un esfuerzo para mantenerse y otros te exigirán lo mejor de ti para hacerlos desaparecer con decisión. Y entre tantos círculos, los hay también que parecen aparcados, que parecías casi ni recordar, pero que por algún motivo se negaron a cerrar. Esos círculos que posiblemente te aguardan lo mejor, pero que nunca te atreviste a ver. Es por ello, que nunca un círculo acabado de cerrar, con dolor o sin dolor, debe ser tomado como un castigo. Más bien, visto desde otra perspectiva, puede presentarse como una oportunidad, la oportunidad de reparar en esa circunferencia que te resistías a trazar y que ahora tiene la opción de volver a dibujar.

Ni todos los círculos que te rodean son buenos ni los que no atendiste te van a defraudar. Nunca olvides que existen miles de círculos, muchos ya conocidos y otros esperándote ahí fuera, algunos para abrirse y volverse a cerrar y otros para acogerte y darte la opción de nunca acabar.


HxnC

No hay comentarios:

Publicar un comentario