¿Por qué hemos llegado hasta aquí?

Nuestra vida y nuestro mundo están vivos y son dinámicos gracias a las relaciones existentes entre nosotros los humanos. No obstante, hace unas semanas acabe de comprobar que nuestra sociedad se ha asentado bajo unos cimientos distintos, unos cimientos en los que predomina la desconfianza.

Nunca pensé que llegáramos a este punto, pero hoy en día el vandalismo, la delincuencia y la poca vergüenza predominante entre las personas, nos han llevado a vivir unos tiempos de desconcierto en los que ya nadie se fía de casi nadie, y en muchos casos ni de sus personas más allegadas. Siéntense ustedes en el metro un día cualquiera, y si puede ser, háganlo en un banco en el que estén ustedes solos. A medida que el metro se llena, la gente que sube irá sentándose enfrente de ustedes, sino hay más remedio a su lado pero con un asiento vacío de por medio, y finalmente, aunque con mala cara y por vagueza a estar de pie, alguien se sentará en el asiento contiguo al suyo. Sin duda, preferimos evitar el contacto. No confiamos en los demás y nos andamos con mucho ojo ante la presencia de cualquier extraño, tenemos miedo de que nos roben o hagan cualquier cosa, y ¿por qué? ¿por qué hemos llegado hasta aquí? Vivimos en un tiempo en el que los ataques indiscriminados son más frecuentes, en la época en la que grupos xenófobos y racistas golpean al que consideran diferente, vivimos en un momento de crisis en el que ante la falta de trabajo, hogar, etc. existe quien recurre a la delincuencia y al robo para subsistir. Podría seguir citando características de nuestro tiempo, de esta franja de vida de nuestro planeta en la que sobresale lo ruín y donde todos tenemos una cierta sensación de inseguridad en los lugares públicos o de concentración de masas porque conocemos la actualidad: un mundo de desconfianza plagado de peligros en forma de personas. De todas formas, esto es algo que no comparto, y he de decir que muchas veces juzgamos demasiado pronto y la vista nos da una visión no muy fiable de la realidad. Y es que, aunque suene a tópico, las apariencias engañan.

En conclusión, sin querer generalizar, siento que la mayoría de los seres humanos sentimos miedo a lo que nos pueda hacer cualquier persona con la condición de desconocido, porque eso es lo que damos a entender con nuestras conductas de rechazo al contacto con personas desconocidas. No sé quien nos habrá mandado llegar a este punto, pero parece que el futuro de nuestra sociedad va a sufrir modificaciones. En los años venideros no hablaremos de una sociedad, sino de muchas mini sociedades formadas por un círculo de personas que guarden una relación de confianza entre ellas. Y cuidado, porque esto no para y quién sabe si dentro de 100 años las mini sociedades no estarán formadas por un único miembro: cada uno de nosotros. Así quizás no hayan motivos para desconfiar.



J

Publicado en MySpace el día 28 de Junio de 2010. Más información en http://blogs.myspace.com/juervi

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